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Editorial

Las elecciones al Parlamento Europeo en un momento de crisis de identidad de la Unión Europea

Presentamos este número de Nuestra Bandera cuando la Unión Europea (UE) celebra elecciones a su Parlamento, y lo hace en un contexto de crisis económica, medioambiental y de escalada del discurso belicista debida a su cada vez mayor implicación en la guerra de Ucrania. Mientras, la mayoría de sus gobiernos son cómplices del genocidio del Estado de Israel sobre el pueblo palestino al suministrarle las armas con las que se comete la matanza. Ambos conflictos muestran la inexistencia de una voz europea independiente de los intereses geopolíticos angloamericanos.

La UE ha venido materializando un modelo de integración al servicio de las élites industriales y financieras europeas, en el que el blindaje de la apertura de los servicios públicos a la iniciativa privada hace cada vez más difícil sacar adelante medidas de carácter social o de sostenibilidad ecológica, de modo que se transforma derechos humanos como la vivienda, la sanidad o la educación en oportunidades de negocio, lo que necesariamente lleva a una sociedad cada vez más autoritaria, precaria, patriarcal, reaccionaria, y con los derechos sociales y laborales reducidos a la mínima expresión.

Cuando son más evidentes la degradación de la calidad de vida de los pueblos de Europa y el retroceso en los derechos cívicos y sociales, parece que se deberían generar las condiciones objetivas para un crecimiento de las fuerzas que defienden políticas socialmente avanzadas para que la crisis no la paguen quienes no la han causado. Sin embargo, la realidad es que son las fuerzas de la derecha, bien en su cara más neoliberal o en la más autoritaria, las que están consolidando una hegemonía ideológica y avanzando electoralmente.

En casi todos los foros, seminarios, encuentros y congresos de las fuerzas progresistas y de la izquierda europea se ha planteado la pregunta de cómo es posible que el neofascismo, la ultraderecha, que parecía derrotada, desaparecida de Europa, vuelva a cobrar fuerza social y electoral, superando ampliamente a la izquierda transformadora e incluso, en algunos países, a la socialdemocracia. Habrá que hacerse la pregunta de qué responsabilidad le corresponde a la izquierda en esta evolución, de por qué la izquierda es incapaz de formular los programas que den expresión a las reivindicaciones sentidas por la mayoría social, cuando esta sufre las consecuencias de las medidas antipopulares de política energética, agraria, financiera, de incremento del gasto militar, de la repercusión de estas en la carestía de los alimentos, el transporte, la calefacción, los alquileres; de por qué la izquierda no solo es incapaz de levantar, en este contexto de clara amenaza de escalada bélica, la bandera del antibelicismo y la paz, sino que titubea y se encuentra dividida en torno a cómo enfrentar esta amenaza.

Responder a estas preguntas con acierto es la clave que nos puede dar la capacidad para conseguir un cambio de tendencia no solo electoral, sino fundamentalmente en la batalla de las ideas y el crecimiento de la resistencia popular organizada. Las derrotas electorales son consecuencia de derrotas sociales e ideológicas previas.

Es urgente la configuración del espacio político de las fuerzas políticas y sociales que defienden los intereses de la clase trabajadora y las capas populares. Y hacerlo desde una amplia alianza política y social de todos aquellos que se reconozcan en un programa de defensa de los derechos sociales y de transformación de la UE en un sentido antioligárquico y de paz, construida sin vetos ni exclusiones, que supere desconfianzas, sectarismos y personalismos, buscando los puntos de encuentro para definir otro modelo de integración europea y denunciar la actual UE como mecanismo de anulación de la soberanía política de los pueblos y como apéndice de la política y los intereses imperiales de Estados Unidos a través de su sometimiento a la OTAN.

Esta UE no es nuestra Europa. Necesitamos una Europa con iniciativa política mundial pacifista y de cooperación, independiente de Estados Unidos, con una fuerte intervención pública y democrática sobre las finanzas que asegure la canalización de la inversión en los sectores de la producción que cubren las necesidades sociales básicas (vivienda, sanidad, educación, transporte, energía), con un sector público de la economía que sirva de herramienta para garantizar el empleo de calidad posibilitando una transición ecológica en la que la clase trabajadora no sea la pagana. Las medidas muchas veces bienintencionadas que se limitan a actuar sobre la demanda han demostrado su ineficacia: son fácilmente absorbidas por los mercados y se vuelven muchas veces contra quienes pretendían proteger. Es necesaria una política que actúe sobre la oferta, mediante la intervención pública en la dirección de la economía. Solo así se puede construir un modelo de integración europea plenamente democrático, justo socialmente, antipatriarcal y ecológicamente sostenible. Un modelo que plantee con claridad que un mundo más militarizado no es un mundo más seguro y que desvincule a Europa de la OTAN, principal causa del nuevo peligro de guerra que encara el mundo, impulsando su disolución y dotándose de una política de seguridad soberana. A la vez, que se plantee recuperar la capacidad de decisión que hoy reside en instancias de la UE sin el más mínimo control democrático para traspasársela a los pueblos de Europa.

El reto es construir una propuesta con capacidad de disputar con éxito la hegemonía social, política e institucional a las fuerzas del capital desde propuestas solventes, directas, fácilmente entendibles que demuestren cómo es posible resolver los problemas que sufren millones de ciudadanos y ciudadanas europeas desde políticas socialmente avanzadas, solidarias, defensoras de la paz que combatan directamente barbaries como la que está cometiendo el Estado de Israel con el pueblo palestino.

En este proceso de reconfiguración de la izquierda europea consideramos que deben tener un peso específico las revistas de izquierdas. Es necesario para ello plantearnos dos cuestiones. Una, evitar que las urgencias a las que nos obliga la necesidad de dar respuesta a los problemas del día a día nos impida dedicar el tiempo y los recursos a este debate de fondo, y la segunda, aprovechar la importante experiencia acumulada en el Foro de Fuerzas Progresistas, Verdes y de la Izquierda Europea, que lleva siete años trabajando y que celebra su octava edición el próximo noviembre en Budapest. Experiencia que debería servir de base para avanzar en concreción y en capacidad de transformar los debates y las declaraciones aprobadas en llamamientos a la movilización popular, porque sin movilización, sin lucha, es imposible cualquier intento de ganar hegemonía ideológica, social, política e institucional en favor de las clases trabajadoras.

En consecuencia, este número de Nuestra Bandera presenta artículos en su sección POLÍTICA que, desde diferentes puntos de vista, se aproximan a la actual coyuntura europea cuestionando profundamente el modelo de integración existente, lo que adquiere una relevancia especial ante la próxima convocatoria electoral al Parlamento Europeo por los retos y alternativas que comporta dentro de la crisis global en la que está inmersa. Deseamos que el contenido contribuya al debate sobre la Europa que necesitamos, cómo contribuye al bienestar de nuestros pueblos y a la paz en el mundo en esta crítica coyuntura.

La sección se desarrolla bajo el título: «En la encrucijada europea: desafíos y propuestas de la izquierda frente a la crisis global» y se inicia con el trabajo del secretario general del PCE, Enrique Santiago, que advierte en su artículo «Trabajar por la paz, evitar la guerra» sobre el riesgo de una guerra global en Europa y el peligro de convertirse en un conflicto global. Destaca la implicación de las grandes potencias y la OTAN en conflictos como Ucrania y el genocidio palestino y critica la renuncia de la comunidad internacional a soluciones diplomáticas y pacíficas por imposición de Estados Unidos y la OTAN. Señala el aumento del gasto militar y la priorización de la industria bélica como indicadores de intereses económicos en el conflicto que están situando a la industria militar como motor de la economía. Destaca críticamente la vuelta a la austeridad en la UE y los créditos para armamento del BEI, advirtiendo sobre el posible ascenso de fuerzas de derecha y extrema derecha en el Parlamento Europeo tras las elecciones de junio. Propone políticas de seguridad humana en lugar de militarización, llamando a la movilización de la sociedad civil para evitar la guerra y garantizar un futuro digno para la clase trabajadora europea.

Le sigue el artículo de Walter Baier, presidente del Partido de la Izquierda Europea (PIE), «Elección de primer orden», donde analiza la situación actual de la UE ante las inminentes elecciones europeas. Reivindica el papel de la izquierda europea, situando en el cambio climático y la situación belicista mundial las problemáticas más acuciantes que hay que abordar, situando el protagonismo de la izquierda en la política europea, frente a verdes y socialdemócratas, como única opción para una Europa justa.

Manu Pineda, responsable de Relaciones Internacionales del PCE, enmarca su artículo «La irreformabilidad de la Unión Europea y la necesidad de nuevos horizontes de cooperación. Hacia un nuevo modelo de integración regional» en un momento en el que el imperialismo estadounidense arrastra a los pueblos de Europa a su espiral belicista para tratar de salvaguardar su posición hegemónica. Frente a ello, el autor apuesta por defender un nuevo marco de relaciones que ponga en el centro la solidaridad, el mutuo beneficio y la soberanía de los pueblos y permita avanzar hacia un mundo multilateral y multipolar; contribuyendo al desarme y la desnuclearización. Plantea como inaplazable trazar las alianzas que nos permitan enterrar la UE y transitar por la senda del desarrollo de los pueblos que debe ser sostenible y al servicio de las clases trabajadoras.

«Reimaginar la integración europea. Un camino hacia un futuro progresista», de Valentina Škafar, responsable de Relaciones Internacionales de Levica (Eslovenia), profundiza en la coyuntura crítica que enfrenta la Unión Europea en medio de las próximas elecciones y aborda un amplia disertación sobre los modelos de integración europea. Enfatiza el papel decisivo que desempeñan estos modelos a la hora de dar forma a las respuestas de la UE a desafíos globales apremiantes como el cambio climático y la desigualdad económica. La exposición aboga por modelos de integración que se centren en la equidad social, la sostenibilidad ambiental y un compromiso democrático sólido. Además, el artículo extiende su enfoque a la ampliación de la UE y exige que respete los principios de sostenibilidad, inclusión social y gobernanza democrática. La visión global presentada aspira a lograr una Unión más justa, inclusiva y armoniosa, basada en valores progresistas y políticas con visión de futuro.

La secretaria general de la Confederación Europea de Sindicatos, Esther Lynch, reflexiona en su trabajo «Superar la amenaza de la austeridad» sobre la evolución de las políticas de empleo en la Unión Europea. Discute el peligro de las políticas de austeridad en este escenario de crisis climática, de pobreza, etcétera. Frente a esta situación, reivindica la agenda de los sindicatos europeos de justicia fiscal e inversión.

Maite Mola, con la Secretaría de Internacional del PIE, nos aporta el trabajo «Una Europa de los pueblos en un mundo multipolar». El objetivo de la autora es proporcionar un análisis holístico para ofrecer una comprensión profunda de las tendencias y problemas globales actuales y examinar cómo el declive del capitalismo conduce al conflicto y la guerra, así como el papel de la UE en esta coyuntura. Mantiene que es importante identificar los factores que contribuyen al declive del neoliberalismo y la redistribución del poder a escala global analizando la evolución del modelo económico y utilizar este marco para explicar la situación actual en términos de conflictos y autoritarismo.

«Salvar el planeta sin dejar a nadie atrás. Europa ante la crisis medioambiental: problemas y alternativas» es el artículo de Jesús Hernández Nicolau, de Catalunya en Comú, donde señala cómo la bomba de relojería del cambio climático está acelerando su cuenta atrás y mantiene que los importantes pero muy generales compromisos globales del Acuerdo de París no dieron pasos hacia la concreción política necesaria para evitar el desastre. En su opinión, la buena noticia es que aún se está a tiempo de revertir la situación con medidas ambiciosas que van a cambiar profundamente nuestras vidas y sistemas productivos. Los impactos de esta situación están siendo más pronunciados en las personas más vulnerables, tanto en Europa como en el Sur global, por ello es imprescindible diseñar una transición justa que no deje a nadie atrás y que ponga el bienestar de las personas trabajadoras en el centro de la transformación que necesitamos para salvar el planeta.

En su artículo «Las élites de la Unión Europea apuestan por la guerra y el rearme», Willy Meyer analiza el estado actual del debate belicista en Europa, así como su estrategia de rearme, en base a la guerra en Ucrania. Europa se mueve en base a todo lo contrario a las tesis de la seguridad europea compartida. En los últimos años aumentan las inversiones en armamento y se intenta calar posiciones belicistas en la población; por ejemplo, retomar la formación militar obligatoria en distintos países.

«En una Europa sin paz no habrá vida», Cristina Simó Alcaraz, responsable del Área del Feminismo del PCE, mantiene la necesidad de una Europa que se impregne de paz e igualdad en lugar de impregnarse de fascismo, desigualdad y guerra. Porque sin paz no habrá vida y se necesita revertir la economía de guerra en una economía de cuidados para la vida y para una Europa que esté en paz con el mundo y con las mujeres.

Enrique Quintanilla Alboreca, de la comisión Antiglobalización, Paz y Solidaridad de Ecologistas en Acción, en su trabajo «Europa NO es como la pintan» plantea los cambios habidos en el modelo de seguridad desde los orígenes de la UE, analizando el proceso de militarización que crece exponencialmente en los Estados y en las mentes de la ciudadanía. Los actuales dirigentes y la OTAN obligan a un aumento del gasto militar, así como a un endurecimiento de las políticas migratorias, siendo absolutamente cuestionable la tibia posición de los gobiernos europeos sobre el genocidio del gobierno de Israel contra el pueblo palestino, pese a avances en algunos de ellos. Con todo ello, el autor señala que es fundamental parar el ascenso de la extrema derecha con el voto de la ciudadanía progresista en los comicios del 9 de junio.

En «La extrema derecha como reacción. Un análisis global», Marga Ferré, copresidenta de Transform Europe!, analiza el crecimiento de la extrema derecha como un fenómeno global y unido a la intensificación de la globalización, que viene acompasando a la radicalización de las políticas conservadoras y al uso de las herramientas digitales para propagar sus discurso de odio. Analiza los diversos cambios operados en el relato de la historia, en la globalización de los conflictos y las respuestas a dichas contradicciones y en la conformación de las clases sociales, especialmente las clases medias. Concluye que «el auge de la extrema derecha es una reacción al empuje con el que los subalternos estamos cambiando su mundo».

Iria Costela Peña y Álvaro Areta García, veterinaria especializada en apicultura y ganadería y doctor ingeniero agrónomo, respectivamente, en el trabajo «El respeto no paga facturas. Propuestas para un sector agrario con personas en la Unión Europea» llaman la atención sobre el hecho de que las próximas elecciones europeas tendrán lugar este año tras un ciclo de movilizaciones del sector agrario en varios países de la UE. Los autores explican las dificultades y contradicciones que afronta el modelo de agricultura y ganadería que creen socialmente necesario para el futuro y planteanpropuestas que pueden contribuir a frenar la capitalización del descontento del sector por parte de las derechas.

La sección CULTURA aborda el debate suscitado por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, al abogar por la «descolonización de los museos» en su toma de posesión. Diversos autores y autoras nos trasladan sus reflexiones y análisis en artículos muy elaborados y contrastados con la realidad sobre la que trabajan, y donde podemos encontrar una variedad de opiniones sobre este tema.

Así, la profesora de Historia del Arte y Musicología de la Universidad de Oviedo Renata Ribeiro dos Santos, en su trabajo «¿Descolonizar los museos? De qué se [debería] hablar», pone sobre la mesa conceptos que ayudan a comprender el museo como una institución que cristaliza los valores impulsados por la modernidad, como, por ejemplo, la legitimación de una historia única. Ubicar y reconocer a las instituciones museísticas como fruto y consecuencia de este proceso conlleva entender que la tarea de descolonizarlas pasa por una profunda revisión y reformulación estructural que va más allá de la devolución o repatriación de bienes expoliados. En este escrito se reseñan algunas acciones que vienen siendo implementadas en diferentes latitudes para construir un museo que sea capaz de representar y vehiculizar múltiples voces e historias.

En «Reflexiones a nivel de usuaria sobre los discursos subyacentes en museos. Al hilo de algunas palabras del ministro de Cultura», la historiadora del arte y guía oficial de turismo María Fernanda Fernández Gutiérrez indica que los museos expresan contenidos, no exhiben obras de manera aséptica. Qué se expone, cómo se organiza, qué información se traslada... son decisiones en último término políticas y por ello es preciso que se acompasen con el signo de los tiempos. Al hilo de las palabras del ministro de Cultura relativas a su «descolonización», que deben matizarse en opinión de la autora, presenta unas reflexiones que se apoyan también en ejemplos y que miran más allá de nuestras fronteras para incardinar la cuestión en el debate internacional, porque todo se entiende mejor en un contexto.

La opinión manifestada por el periodista, crítico de arte y comisario de exposiciones Luis Feás Costilla en «La descolonización de los museos españoles, un discurso hegemónico y centralizador» es que la idea del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, de descolonizar los museos españoles es una propuesta nada novedosa que está tipificada desde hace décadas por los organismos internacionales y practican desde hace muchos años los museos nacionales, en especial el Reina Sofía de Madrid, sin que por ello se hayan resuelto sus contradicciones ni los desequilibrios entre centro y periferia.

Finalmente, el catedrático de Historia de la Universitat Jaume I y director de la Cátedra Unesco de Esclavitudes y Afrodescendencia José Antonio Piqueras constata en su artículo «El Imperio español y la descolonización del relato nacional» cómo el anuncio del ministro de Cultura en enero de 2024 de afrontar la descolonización de los museos españoles ha despertado en sectores de la opinión pública, medios de comunicación y representantes políticos un cuestionamiento de la historia que oscila entre el negacionismo y el revisionismo. Confirma que la descolonización de la cultura se está llevando a término en varios países e implica reconocer que entre las consecuencias del colonialismo está la negación de los sometidos y explotados y el expolio de su patrimonio histórico-artístico. El presente artículo se centra en el desconocimiento de la premisa inicial, las características del Imperio español de América como expresión de un colonialismo temprano que se prolongó durante cuatro siglos, y la contribución de una imagen falseada de ese pasado a la construcción del relato nacional.

En esta ocasión, Nuestra Bandera recibe a una autora y a un autor invitados.

Como AUTORA INVITADA, la doctora C. Marlene Vázquez Pérez, directora del Centro de Estudios Martianos de La Habana (Cuba). Dicho centro, creado el 19 de julio de 1977, tiene como objetivo auspiciar el estudio, investigación y difusión de la vida, el pensamiento y la obra de José Martí, además de ser depositario de su obra. La doctora Vázquez aporta su trabajo «José Martí: pensamiento descolonizador y cultura de paz» y reflexiona de la forma que sigue sobre la vigencia del pensamiento martiano ante la guerra cultural de las clases dominantes por el sometimiento social: «En las complejidades del mundo contemporáneo la guerra cultural, antigua como la propia humanidad, ha adquirido tintes nunca antes vistos y las tentativas y el ejercicio del dominio abarcan desde los territorios concretos hasta la espiritualidad de los individuos. Ante ese panorama de agresividad, enfrentamientos armados, escaladas de violencia, despojos, desigualdades cada vez más profundas, urge cimentar en nuestros pueblos la cultura de paz y el espíritu descolonizador. En esa labor de mejoramiento humano, [...] en aras de robustecer la identidad cultural y la autoestima de naciones y seres humanos, el pensamiento de José Martí es de una valía indiscutible».

Nuestro AUTOR INVITADO, David Gallar, profesor de Sociología de la Universidad de Córdoba e investigador del Instituto de Sociología y Estudios Campesinos, contextualiza las movilizaciones agrarias en un marco de crisis estructural de la agricultura. En su trabajo «La reconfiguración de la arena política agraria: populismos, sindicalismo y campesinado» Gallar reconoce de entrada que «poco se está haciendo para abordar estas enormes contradicciones que amenazan al sector agrario, al suministro de alimentos seguros y de calidad, y a la gestión de los territorios, así como a la gestión de la crisis energética y climática. Unas veces y algunos actores se hace poco por desconocimiento, otras por interés en la perpetuación del statu quo y otras por la propia parálisis del pánico, de no saber qué hacer ante una crisis de semejante calado». A partir de ahí, este interesante artículo describe los diferentes actores y discursos que operan en las movilizaciones europeas y españolas: el populismo de extrema-derecha, los sindicatos agrarios y los nuevos actores campesinos.

La sección A VUELTAS CON LOS CLÁSICOS, continuando con la conmemoración del centenario de Lenin, presenta en este número una excelente selección de textos de Gramsci, realizada y presentada por Joan Tafalla en su trabajo «Hegemonía y traducibilidad. Pequeña antología de textos gramscianos sobre Lenin», en el que se muestran las convergencias del pensador italiano con el dirigente bolchevique y su traducción libre y creativa a la realidad italiana y las perspectivas de la revolución en Occidente.

Y la sección de LIBROS recomienda tres obras de gran interés.

Jesús Lacasa Vidal en su reseña «Los héroes de l’Affiche rouge» resalta cómo el cómic francés no ha permanecido indiferente al importante movimiento de recuperación de la memoria sobre la participación de los resistentes comunistas en la liberación de Francia. Aporta el análisis comparativo de dos libros de historietas distintas en su alcance y estilo, pero con el denominador común de devolver a la actualidad la gesta del grupo Manouchian. Uno, Missak, Mélinée et le groupe Manouchian: Les fusillés de l’Affiche rouge, de Hiroyuki Ooshima, Jean-David Morvan y Thomas Tcherkézian; y otro, Missak Manouchian. Une vie heroïque, de Didier Daeninckx, Mako yDominique Osuch.

La memoria histórica democrática de las mujeres: Segunda República, guerray exilio, presentada por sus autores, Enrique J. Díez Gutiérrez y Beatriz García Prieto, es el tercer volumen de una tetralogía que se centra en el papel y el protagonismo de las mujeres durante la Segunda República, la guerra y el exilio posterior, situándolas en el lugar de la historia que merecen.

Para cerrar la sección, Nuestra Bandera presenta el monográfico Los marxismos que vienen. Vigencia y nuevas perspectivas de una tradición emancipatoria (vol. 25, 2023), coordinado por el profesor de la Universidad de Salamanca José Sarrión Andaluz y publicado por la revista Azalea.

Por último, agradecer a Juan Ponce, Paula Navascués, Jaime Aja y Manuel Monleón su implicación en la conformación de este número, así como a los diversos autores y autoras su rica y rigurosa aportación a Nuestra Bandera, y a quienes con su trabajo hacen posible que esta revista vea la luz.

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