El Partido Comunista de España condena enérgicamente el secuestro de un buque petrolero venezolano por parte de Estados Unidos, un acto de piratería moderna que constituye un nuevo y grave escalón en la escalada de agresiones contra la República Bolivariana de Venezuela. Esta acción se suma al hostigamiento naval, a las amenazas militares, al cierre del espacio aéreo y a la política sistemática de sanciones unilaterales destinadas a impedir que Venezuela ejerza su derecho soberano a disponer y comercializar libremente sus recursos naturales.
El objetivo de estas medidas es claro: estrangular económicamente a Venezuela y bloquear los suministros energéticos a países aliados, en particular a Cuba, profundizando la política de máxima presión y asfixia económica contra el pueblo cubano y afectando directamente a su sistema energético y a sus condiciones de vida. No se trata de efectos colaterales, sino de una estrategia deliberada de desestabilización.
Denunciamos igualmente las amenazas explícitas, groseras e intolerables lanzadas por Donald Trump y por su administración contra los gobiernos de Colombia y México. Estas advertencias constituyen un intento de imponer el miedo y la sumisión a gobiernos soberanos mediante la intimidación, la coacción y el chantaje político.
Todas estas acciones reflejan la persistencia de una lógica colonial e intervencionista, expresión contemporánea de la Doctrina Monroe, mediante la cual Estados Unidos pretende imponer por la fuerza su dominación sobre América Latina y el Caribe, vulnerando el derecho internacional, la libertad de navegación y los principios de soberanía e igualdad entre los Estados.
Ante esta escalada extremadamente peligrosa, hacemos un llamamiento urgente a todas las organizaciones de izquierdas, a las organizaciones democráticas, sindicales y populares, así como a todas aquellas que defienden los derechos humanos y la soberanía de los pueblos, para que unan sus fuerzas frente a esta deriva fascista. Es necesaria una movilización amplia, sostenida y coordinada que ejerza presión política y social contra el Gobierno de Estados Unidos y contra aquellos gobiernos que pretendan alinearse con sus planes de agresión o que mantengan una posición pasiva o equidistante.
Asimismo, llamamos a la articulación y coordinación entre gobiernos soberanos, al fortalecimiento de los mecanismos de cooperación, defensa mutua y acción conjunta frente a esta ofensiva imperialista desesperada, que busca prolongar una hegemonía que hace tiempo dejó de existir.
Por último, trasladamos todo nuestro cariño, solidaridad y apoyo inquebrantable al pueblo venezolano, a su Gobierno, a su Presidente y a todos los pueblos de América Latina y el Caribe que hoy son objetivo y víctimas de esta escalada fascistoide impulsada por Estados Unidos y, muy especialmente, por la administración Trump. Frente al atropello imperialista, reafirmamos nuestra convicción: la dignidad de los pueblos acabará imponiéndose.




