El Partido Comunista de España denuncia y condena con firmeza la intervención del Jefe del Estado en materias que son competencia exclusiva del Poder Ejecutivo y del Parlamento.
Felipe VI ha realizado unas declaraciones públicas en las que respalda el rearme europeo y refuerza la estrategia de la OTAN, asumiendo un posicionamiento político que no le corresponde en virtud del marco constitucional vigente. Estas manifestaciones constituyen una injerencia inadmisible en la orientación de la política exterior y de defensa del país, ámbitos reservados al Gobierno y al control democrático de las Cortes Generales.
Lejos de limitarse a la función representativa y de moderación que le asigna la Constitución, Felipe VI se alinea con los sectores más belicistas del escenario internacional, como Donald Trump y otros halcones que abogan por una peligrosa escalada armamentística, con el riesgo real de desembocar en un conflicto de dimensiones catastróficas, incluso nucleares. No se trata de meras opiniones, sino de una toma de posición política en favor del rearme y la confrontación, que se excede claramente de sus competencias y que socava esfuerzos por trabajar por la seguridad humana y construir una paz duradera.
Resulta especialmente grave que estas declaraciones se produzcan apenas unas horas después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, enviara una carta al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, expresando la oposición del Ejecutivo español al incremento del 5% del gasto militar, previsto para su aprobación en la próxima cumbre de la Alianza Atlántica, que se celebrará los días 24 y 25 de junio en La Haya. En lugar de respaldar institucionalmente esa posición del Gobierno, el monarca ha optado por contradecirla de forma pública, anteponiendo su agenda belicista al interés general del país.
El Partido Comunista de España hace un recordatorio a que la Constitución establece con claridad el carácter simbólico y no deliberativo de la figura del Jefe del Estado. Le corresponde sancionar y promulgar las leyes aprobadas por el Parlamento, representar al Estado en actos oficiales y ejercer funciones de moderación institucional, sin interferir en la acción política ni asumir competencias ejecutivas o legislativas.
La desautorización pública al jefe del Ejecutivo constituye un hecho de extrema gravedad, sin precedentes en la historia reciente de nuestra democracia. Supone una vulneración del principio de neutralidad que debe regir la actuación de la Jefatura del Estado y pone en cuestión el propio equilibrio institucional.
Ante esta situación, el Partido Comunista de España:
• Exige el restablecimiento del respeto a la legalidad constitucional y al principio de separación de poderes, rechazando con contundencia cualquier intromisión del monarca en la orientación política del país.
• Llama a todas las fuerzas políticas y sociales a pronunciarse contra esta deriva autoritaria y a defender el marco democrático y la soberanía popular.
• Reafirma su compromiso con la paz, el desarme y la vía diplomática como única salida frente a la escalada militarista que amenaza la seguridad y la estabilidad internacionales.
• Exige al monarca ceñirse estrictamente a las funciones que le atribuye la Constitución, absteniéndose de emitir opiniones o presiones que excedan su papel institucional.
• Esta nueva injerencia en las decisiones de un gobierno democrático por una institución nunca sometida al control democrático ni elegida por los ciudadanos nos reafirma en nuestra convicción republicana, única forma de gobirrno que garantiza la calidad democrática de todas las instituciones públicas.
