Decenas de dirigentes y cargos electos han sido detenidos tras el fraude de las elecciones de septiembre, mientras crece el acoso sistemático a sus militantes y sedes.
El fraude electoral del partido gobernante, Rusia Unida, en las elecciones a la Duma de septiembre, ha continuado con la represión policial y la detención de numerosos dirigentes comunistas.
Aunque Rusia Unida perdió las elecciones, el fraude permitió presentar unos resultados oficiales que aumentaron escandalosamente los votos obtenidos por el partido gubernamental y restaron millones de sufragios al Partido Comunista de la Federación Rusa. Las elecciones pusieron de manifiesto la creciente debilidad del sistema capitalista impuesto en Rusia y el reforzamiento de las propuestas y de la fuerza del Partido Comunista.
Esa evidencia ha llevado al gobierno ruso de Putin a impulsar una nueva oleada de represión anticomunista. Tras las elecciones, decenas de militantes fueron arrestados, y muchos otros tuvieron que hacer frente a multas gubernativas. particularmente en Moscú, y muchos diputados de órganos municipales y candidatos a la Duma Estatal están siendo presionados e intimidados por la policía, en una operación que obedece, sin duda, al creciente temor del gobierno por el reforzamiento del Partido Comunista ruso.
En las últimas semanas fueron detenidos Nikolái Zubrílin, dirigente del grupo parlamentario en la Duma de Moscú, S. Obujov, diputado de la Duma Estatal, Elena Yanchuk, diputada de la Duma de Moscú, Pavel Ivanov, responsable del Departamento de protestas del Comité local de Moscú, S. Tsukasov, diputado municipal, sancionado en dos ocasiones con multas de veinte mil rublos y arrestado durante diez días, al igual que M. Bidzhev, abogado responsable del equipo que preparaba la demandas para hacer constar que el Partido Comunista no acepta los resultados oficiales de la votación electrónica.
Igualmente, E. Engalicheva, diputada de la Duma Urbana de Moscú fue bloqueada durante tres días en el Parlamento bajo amenaza de treinta días de arresto, y S. Udaltsov y L. Razvozzhaev fueron condenados a diez días de detención por publicar noticias sobre reuniones de diputados comunistas con electores. La policía llegó incluso al extremo de bloquear una sala de reuniones del vicepresidente del Partido Comunista, Iván Melnikov, también vicepresidente del parlamento ruso, a pesar de ser inviolables tanto su persona como su domicilio y su lugar de trabajo parlamentario.
La actividad de militantes y organismos partidarios es acosada constantemente por la policía y la fiscalía, mientras que la televisión pública y los canales privados rivalizan en propaganda anticomunista, sin reparar en la mentira y la difamación. Se ha llegado a intentar bloquear y piratear la página web oficial del Partido Comunista.
Es obvio que todo ello obedece a una deliberada política gubernamental de acoso hacia el Partido Comunista, en un momento en que se inician los preparativos para celebrar el centenario de la fundación de la Unión Soviética en 2022, y en que buena parte del país constata el estancamiento económico, la corrupción y la rapiña de los empresarios ligados al poder, la degradación del capitalismo y la creciente destrucción ecológica, que se añade a la agresividad imperialista de Estados Unidos y sus aliados que se percibe en el acoso a distintos países, en las guerras impuestas y en una insensata carrera de armamentos que puede poner en peligro la paz mundial.
El Partido Comunista de España exige al gobierno ruso el fin del acoso y la represión contra los comunistas y la izquierda, y manifiesta su solidaridad con el Partido Comunista con la seguridad de que seguirá enfrentándose a los abusos del poder de la oligarquía reforzando la lucha de la clase trabajadora para conquistar de nuevo el socialismo.
