Ecuador enfrenta un golpe electoral perpetrado por una alianza entre la ultraderecha y el narcotráfico. Denunciamos enérgicamente el fraude y las maniobras autoritarias perpetradas por el gobierno de Daniel Noboa, que ha utilizado el aparato estatal y el apoyo de grupos de represión para suprimir derechos fundamentales y silenciar a la oposición.
Las múltiples irregularidades detectadas—incluyendo cambios sospechosos de los recintos electorales, el uso clientelar de fondos públicos, el bloqueo a observadores internacionales y la suspensión arbitraria del voto en el exterior—constituyen un asalto directo a la voluntad popular de Ecuador, poniendo en riesgo no solo la integridad de sus instituciones democráticas, sino también la estabilidad y el respeto a los derechos humanos en la nación.
Este fraude electoral no es un mero acto de corrupción aislado; es la manifestación de un régimen antidemocrático que se ha instalado a través de la instrumentalización del poder estatal y la complicidad de actores externos, que buscan legitimar y perpetuar un sistema autoritario y represivo. La estructura misma del proceso electoral ha sido manipulada para favorecer intereses oligárquicos y para garantizar que se imponga una victoria ilegítima, desvinculada de la verdadera voluntad popular.
Desde el Partido Comunista de España (PCE) hacemos un llamado urgente al pueblo ecuatoriano a la resistencia activa y organizada en defensa de su democracia. Instamos a que se movilicen en todos los espacios—desde las calles y las comunidades hasta la esfera digital—para exigir el respeto a sus derechos y para proteger el futuro de su nación frente a un proyecto autoritario.
Asimismo, exigimos a la comunidad internacional que no reconozca los resultados de este proceso fraudulento y que lleve a cabo una investigación profunda e imparcial de todo el proceso electoral en Ecuador. Es fundamental que se esclarezcan las circunstancias y se sancione a los responsables de este asalto a la democracia, para evitar que se consoliden prácticas autoritarias que puedan replicarse en otros países.
La lucha por la democracia no admite concesiones ante la represión ni a la manipulación de las instituciones. Es responsabilidad de todos los que defendemos un mundo de derechos y libertades contribuir a denunciar estos actos autoritarios y antidemocráticos, y a solidarizarnos con el pueblo ecuatoriano en su legítima demanda de justicia y transparencia electoral.
¡Ni un paso atrás contra el autoritarismo! Hacemos un llamado a la solidaridad internacional para que se convierta en un baluarte en la defensa de la democracia y de los derechos humanos, condenando de forma unánime todas las maniobras que buscan instaurar un régimen de opresión.
